Belgrano y Racing empataron 4 a 4 por la primera fecha de la Liga Profesional. El partido tuvo un desenlace inesperado teniendo en cuenta la ventaja que había alcanzado el equipo de Gustavo Costas de tres goles a 13 minutos del final. Sucede que la apuesta absoluta por la eficacia ofensiva tiene su contrapartida en el aspecto defensivo.  El equipo no sostiene su arco en cero sin importar los nombres. La falta de ideas es notable. El inicio de la Liga deja más sensaciones de dudas que ilusión por un nuevo comienzo.

El entrenador aposto por una rotación casi absoluta para este inicio de Liga en Córdoba ante Belgrano. Cambeses al arco; Martirena, Sigali, Colombo y Rojas; Nardoni, Sosa y  Baltasar en el centro y tres delanteros: Urzi, Roger y Carbonero. Entre lesionados y tocados, Gustavo Costas colocó en cancha un equipo inédito para el estreno. Tardó en acomodarse, lo dio vuelta y cuando pensó que lo tenía en el  bolsillo el Pirata le robó el botín que tenía casi asegurado.

El equipo de Real pegó primero con la apertura del marcador. El gol de Franco Jara obligó al cambio de esquema. Otra vez antes de los diez Racing amanecía dormido y comenzaba abajo en el resultado. Lo empató rápido con ese gol en contra de Nahuel Losada tras el remate de Santiago Sosa. A partir de ahí el ex Atlanta United se retrasó a la línea de fondo para formar la zaga de tres centrales. Nardoni fue al eje en el mediocampo y Baltasar se posicionó más centralizado. Pero  fue la presencia de Carbonero además el factor de desequilibrio.

El buen primer tiempo del extremo colombiano y el nacido en Monte Hermoso explica que Racing se pudiera adelantar el marcador para irse 3 a 1 al descanso, tras el gol de penal de Roger y el cabezazo  de Sigali a la salida de un córner. Amabas acciones forzadas por Rodríguez, participativo en el juego y conector de líneas. Los despegues de Carbonero por izquierda eran la ruta de escape de un equipo que prescinde de tener la pelota para apostar todo a su poderío ofensivo.

No hay elementos para entender desde el juego colectivo la diferencia que Racing había sacado al terminar el primer tiempo. No tuvo tenencia, salvo por los pasajes  en donde Baltasar pudo juntar pases. Apuesta y mucho al poder de fuego de sus delanteros. Y disimula así, o disimuló así, un retroceso defensivo que presenta ventajas para cualquier rival. Ya sea en el ámbito local o internacional, un rival de otra categoría o un par suyo, todos le pisan el área con serias chances de convertirle.

El gol de Roger a los 11 del complemento para ponerse 4 a 1 parecía bajarle el martillo al juego. Belgrano acusó el golpe de esa desventaja y Racing comenzó a mover el banco pensando en darles minutos a todos. Almendra y Pillud por Urzi y Martirena primero, Solari y Di Césare por Carbonero y Sosa después. En esa ventana de cambios llegó llegó el 2 a 4 de Mariano Troilo. El pirata percibió lo mismo que todos: Costas y sus jugadores estaban en el vestuario y Araza aún no había pitado el final del partido.

En cuatro minutos, del 81 al 85, a Racing se le desmoronó todo. Primero Reyna desbordó y Jara puso el 3 a 4; luego Galván quiso darle un pase atrás a Cambeses desde la mitad de la cancha y el ex Arsenal empató el partido. Las razones para entender esto solo tienen una palabra: fútbol. Pero Costas y sus jugadores colaboraron y mucho para que esto suceda.

Este equipo no tiene otro plan de juego más que apostar a la eficacia de su  ataque y la aparición de  las individualidades. No hay asociaciones colectivas que inviten a imaginar una búsqueda diferente. Pelotazos a sus delanteros o resoluciones individuales. La primera fecha de la Liga ya presenta una abrumadora sensación de derrota, por el trámite del partido y porque además este equipo no da señales de saber competir.

Paolo Cella

@EspeRacinguista

@Paolo_Cella

Racing cayó derrotado por 2 a 1 ante Bragantino en Brasil y ahora comparte la punta del grupo con el equipo brasileño aunque mantiene su posición de privilegio por la diferencia de gol. Otra floja actuación del equipo de Gustavo Costas que inició pasivo el duelo y lo pagó caro. Dos goles del uruguayo Thiago Borbas en apenas un par de minutos lo dejaron condicionado. El descuento de Santiago Solari disimuló el trámite de aquél primer tiempo. Abusó del pelotazo y prescindió de la búsqueda por abajo. Quedan dos partidos de local, el margen de error es cero.

El comienzo de partido para Racing no pudo haber sido más decepcionante. A los siete minutos ya perdía 2 a 0 y parecía que la situación podía agravarse. Sí, en apenas un puñado de minutos el equipo ya había evidenciado una pasividad alarmante ante un rival que salió decidido a tomar el juego por las riendas. El doblete de Thiago Borbas a los 5 y 7 minutos hacía presagiar una debacle mayúscula. Incluso antes de los goles el uruguayo casi convierte de carambola tras presionar a Gabriel Arias, quién demoró la salida y a punto estuvo de convertirse en meme nuevamente.

El comportamiento defensivo de Racing fue temerario durante todo el primer tiempo aún tras el descuento, allá por los 25 minutos. Bragantino tuvo espacios detrás del dúo Zuculini y Almendra, a los costados de los centrales y mucha libertad para que sus laterales Nathan y Capixaba atacaran respaldando a los extremos Gustavinho y Mosquera. La estadística con varias vallas invictas disimula un déficit que tiene el equipo de Gustavo Costas. Defiende mal  y cualquier rival le crea peligro.

Nadie tomó nota, dentro y fuera del campo, de la ascendencia de Eduardo Sasha en el partido. Su pivoteo detrás de Borbas, entre los tres centrales y el doble cinco, era el pegamento para que Bragantino armara sus ataques. El y Henry Mosquera fueron los futbolistas más incisivos del cuadro paulista. Cuando salieron el funcionamiento local mermó.

A pesar de todo el juego le presentó oportunidades a Racing a partir del descuento de Santiago Solari, tras capturar un rebote del arquero Cleiton luego de un disparo de Adrián Martínez. Bragantino defiende tan mal como Racing y por eso luego del gol, Solari, Salas y otra vez Maravilla tuvieron la posibilidad de empatar. Para los neutrales el juego fue de ida y vuelta, con ocasiones de gol y casi sin interrupciones.

La línea de tres, Di Césare, Sosa y García Basso, ya presenta grietas que para colmo no tienen contención en la línea  media, otro sector donde Racing presenta ventajas en el retroceso. Esto no es de ahora, sucede que los resultados positivos disimularon falencias que lejos de ser corregidas se han asentado.

El segundo tiempo fue más cortado, con menos ida y vuelta y un Racing que abusó del juego directo para Martínez al punto de transformar en exasperante ese ejercicio de saltar líneas. Cada saque de arco o salida era con envíos directos al delantero. Quizás por eso Costas imaginó que Balthasar Rodríguez y Juan Nardoni podían ser una solución para que el equipo sumara pases y así llega al arco local.

El tardío ingreso de Johan Carbonero generó un registro diferente, con un futbolista capaz de romper en el uno contra uno. Pero el partido ya tenía a Bragantino defendiendo con un bloque bajo y sin darle espacios para correr al colombiano. Sin esa ventaja y con el doblaje de marcas, fue casi imperceptible la incidencia de Carbonero.

Racing cayó en Brasil jugando mal. Crear situaciones de gol  para muchos será un paliativo a lo mal  que juega, pero cuando está en desventaja no tiene soluciones. Un equipo que si carece de la eficacia que lo distinguió en algún pasaje de estos meses sufre horrores en la construcción del juego. El sistema o la idea parecen gastados, o al menos elocuente para los rivales.

Luego de las decepciones en la Copa de la Liga y la Copa Argentina, Racing precisaba dar un golpe de efecto para salir anímicamente fortalecido de este viaje a Brasil e iniciar la Liga con otro semblante. Pero a la derrota se le suma la falta de juego, que al fin y al cabo es el combustible para ganar.

Paolo Cella

@EspeRacinguista

@Paolo_Cella

Racing quedó eliminado de la Copa Argentina tras caer por 2 a 1 ante Talleres de Remedios de Escalada. El equipo de Gustavo Costas quedó en pocos días afuera de dos de las cuatro competencias que tenía por delante y recién estamos en el mes de mayo. Las rachas son rachas, que potencian o disimulan defectos. El golpe es de los peores que se recuerde. El fracaso absoluto no tiene ninguna excusa. El rival pelea el descenso en la segunda categoría. Diciembre queda muy lejos. La Academia gana partidos pero las definiciones, por ahora, las mira por televisión.

Si bien es cierto que antes y después del gol Racing pudo adelantarse en el marcador o empatarlo, esto se dio por la natural diferencia de jerarquía entre un plantel y otro. El peso específico de los nombres propios hizo que las situaciones, forzadas, aparecieran. De crear por asociaciones, suma de pases y funcionamiento, poco y nada. El gol a los seis minutos de Dure le puso otro condimento al partido.

Ese primer tiempo de Racing fue colectiva e individualmente de lo peor. Juanfer a kilómetros del arco, más cerca de Sosa y Zuculini que de Roger y Salas. Inconexo el equipo pagó caro la quietud en el gol de la defensa y Cambeses. Almendra fastidioso jugó pegado a la raya perdiendo influencia en el inicio de las jugadas. Toda esta sumatoria de rendimientos bajos atento contra cualquier idea. Claro que si algo no abunda en el ciclo Costas es el funcionamiento.

La urgencia hizo que en el segundo tiempo de arranque nomás Costas mandara al campo de juego a Carbonero y Adrián Martínez por Zuculini y Roger. El equipo no pudo explotar el duelo de Carbonero contra el lateral salvo un par de veces, pero el desborde no tenía final con un centro atrás o definición del colombiano. Maravilla sufrió las mismas carencias que Roger,  aunque algo más activo, de un equipo que no elaboró una jugada clara de gol en todo el partido.

El empate de Salas, con un remate potente de afuera del área, lejos de ponerlo con ánimos de revertir el resultado al menos con enjundia, lo estancó en un lugar similar al estado anterior al 1 a 1. Los ingresos de Baltasar Rodríguez y David González no le terminaron de imprimir la frescura que habrá imaginado el entrenador.  Por cierto, el equipo padece de los mismos problemas defensivos que el ciclo Gago.

La noche terminaría con un error grosero de Cambeses a los 48 minutos que derivo en el 2 a 1 y la eliminación ante un rival que con diez futbolistas en el final del partido se quedó con un premio grande, merecido. Peleando el descenso y con casi el mismo plantel que ascendió de la Primera B a la Primera Nacional eliminó a uno de los planteles más jerarquizados del fútbol argentino.

Costas llegó con el discurso de ganar. Basta de competir. Afuera de la Copa de la Liga en primera ronda y eliminado de Copa Argentina ante Talleres de Remedios de Escalada. El fracaso es absoluto y recién estamos en el mes de mayo. Diciembre queda muy lejos.

La Academia gana partidos pero las definiciones, por ahora, las mira por televisión.

Paolo Cella

@EspeRacinguista

@Paolo_Cella

Triunfo de Racing por 2 a 1 ante Coquimbo Unido en Chille por la tercera fecha del Grupo H de la Copa Sudamericana. Los goles fueron convertidos por Santiago Solari y  Adrián Martínez de penal, ambos en la primera etapa. El gol del Pirata también lo hizo la Academia, fue García Basso en contra en colaboración con Gabriel Arias. Tras un buen arranque en ese período inicial la Academia sufrió el empuje local. La postura de los segundos tiempos, cediendo campo y pelota, con el partido corto en el resultado, es un riesgo que Costas asume a esta altura ya como un plan de juego. Ganó y manda en su zona con tres triunfos en igual cantidad de juegos.

El fútbol es un deporte que no suele permitir licencias, castiga errores con una severidad absoluta y donde un equipo desanimado e inferior puede igualar las acciones o un resultado sin patear al arco. Racing jugó un buen primer tiempo, incluso con la sensación de que la ventaja era escaza ante la diferencia de jerarquía de un equipo y otro, pero una situación aislada casi lo pone en paridad ante Coquimbo. Por suerte también el fútbol da revancha rápido.

A partir de la ascendencia  de Agustín Almendra en el juego se explica el predominio de Racing en esos primeros 45 minutos. El ex futbolista de Boca fue el encargado de ponerle un punto de partida a la Academia. A pesar de alguna temprana insinuación de Coquimbo con Luciano Cabral probando de media distancia, el equipo local no pudo contener nunca a la formación de Gustavo Costas. El gol a los diez minutos de Santiago Solari alteró el curso de la planificación previa. La asistencia de Almendra a espaldas de la última línea facilitó mucho las cosas.

De ahí en adelante Racing fue dominador del juego con absoluta libertad. Con las salidas desde abajo a través de Santiago Sosa, la libertad para jugar de Almendra y la movilidad de todos los futbolistas de la Academia, el equipo de Costas manejó el trámite del partido por momentos sin oposición. Lo tuvo Maximiliano Salas en una situación casi calcada al 1 a 0 pero falló. Más tarde volvió a errar el ex All Boys tras un desborde de García Basso. También probó Almendra de media distancia pero su remate se fue apenas ancho.

Coquimbo no podía sostener la pelota más de cinco minutos. Pero sobre el cierre del primer tiempo empezó a empujar sobre el arco de Gabriel Arias. Un par de tiros de esquina lo envalentonaron hasta que llegó la jugada desgraciada para Racing. Un pase horizontal que Bruno Zuculini no pudo controlar, un desvío en Sosa y García Basso que la juega hacia atrás sin percibir que Arias iba en búsqueda de la pelota. El pase atrás le paso por debajo de su pie derecho al arquero de la Academia y el equipo local llegó al empate sin patear al arco. Insólito.

Antes de que termine ese primer tiempo que lo tuvo dominante pero sorprendido por un empate que nunca estuvo en los pronósticos de nadie, Racing cargó contra el área de Sánchez nuevamente y Salas, que no da ninguna por perdida, recibió la falta. El penal lo cambió por gol Adrián Martínez, para ir al descanso otra vez arriba en el marcador y calmar los ánimos de un equipo que se vio impactado en ese puñado de minutos posteriores al empate local.

Para el segundo tiempo Coquimbo cambió el costado izquierdo con los ingresos de Chandía y Cornejo. Estos dos futbolistas más la presencia de Cabral recostado también sobre ese sector emparejó el trámite del partido. Además Racing tiene la tendencia a lo largo del ciclo Costas de ceder pelota y campo una vez que se pone en ventaja. El equipo chileno creció en ánimo y empuje, lo acorraló a Racing contra el arco de Arias y llegó al empate con gol de Andrés Chavez. El tanto anulado por mano previa le dio vida a un equipo que asume un riesgo mayúsculo al tomar esta postura de repliegue.

El ingreso de Johan Carbonero por Solari buscó darle una vía de escape al equipo con la velocidad del colombiano. Más tarde, los ingresos de Baltasar Rodríguez y Roger  Martínez por Zuculini y Maravilla ordenaron al cambio con una línea de cuatro, Sosa de cinco, dos internos y tres atacantes. Pero esto no tiene respaldo sin poder hacerse de la herramienta, la pelota. Sin ella el equipo siguió jugando a lo que pretendía Coquimbo. Un par de contras no resueltas por Rodríguez y Carbonero extendieron las chanches del Pirata en busca del empate.

El cierre fue desprolijo si tomamos como punto de partida los casi 40 minutos de dominio absoluto en el primer tiempo. El equipo se desdibujó minuto a minuto y dejó crecer a un rival que a puro empuje le complico el partido. La falta de resolución en el área rival y la postura ya mencionada fueron un riesgo que Racing corrió y pudo pagar caro. Sumo su tercera victoria y es líder de la zona pero desde el juego dejó una sensación ambigua que deberá corregir.

Paolo Cella

@EspeRacinguista

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