Paolo Cella - Periodista, editor en Esperanza Racinguista - Socio de Racing
Lo que está aconteciendo por estas horas en Racing no tiene ningún rasgo de certidumbre. La política deportiva respecto a la conformación del plantel profesional, las altas y bajas, el ordenamiento de la nómina, espanta a todos. Pasantías semestrales, contratos onerosos que se rescinden sin explicación y futbolistas que se van libres. La figura decorativa de Rubén Capria y la inacción del Presidente Blanco son inexplicables. En menos de 1 mes el equipo juega la ida de los octavos de final de la Copa Libertadores y en el club aún parecen no tomar nota de esto.
Por estas horas, mientras estas líneas se van desarrollando, Racing rescindió dos contratos. El jueves 6 se despidió Paolo Guerrero y el viernes 7 Jonathan Galván. Y está en suspenso la continuidad de Iván Pillud tras 13 años. Días atrás fue Óscar Opazo quién discontinuó su vínculo tras apenas seis meses y regresó a Colo Colo. Ni hablar de la zaga Matías Rojas, comprado en su momento a Defensa y Justicia, que se fue con el pase en su poder rumbo a Corinthians de Brasil. Si bien cada caso tiene sus matices, lo que estamos presenciando es un escándalo financiero y deportivo alarmante.
¿Por qué Racing toma estas decisiones? ¿Cuál es el proyecto deportivo? El propio Manager, Asesor o como se catalogue el rol de Capria, dijo 48 horas antes de la salida de Guerrero que el peruano seguiría en el club. Nadie aquí se rasgará las vestiduras por la salida del delantero. Sólo bastaba con mirar los antecedentes inmediatos para tomar dimensión del grosero error que representó su contratación. Para colmo el entrenador no lo pidió.
Sin lateral izquierdo tras la salida de Eugenio Mena y a días del arranque de la temporada, llegó Gabriel Rojas. Hasta aquí un acierto, el único quizás. Quedaba libre en junio de Querétaro y el club desembolsó U$S 2.5 millones de dólares en su ficha. Y para competir en su puesto llegó libre Opazo. Que ya rescindió y regresó a Chile. Ante San Lorenzo, hace unas horas nomás, por la lesión de Rojas, Racing improvisó a Quirós como lateral izquierdo. Llegó a tener cuatro laterales derechos hasta la cesión de Cáceres a Lanús: el citado Cáceres, Opazo, Mura y Pillud.
Al margen de porque Galván no podía seguir en Racing, el club le pagó U$S 180.000 dólares a Huracán para cortar el préstamo del defensor, sitio en donde estaba cedido por Argentinos Juniors. Hoy lo libera sin recibir nada a cambio rumbo a San Lorenzo. ¿Por qué el club toma estas decisiones? ¿Cómo aspira a conformar la zona defensiva donde sólo Sigali y Piovi son presencias estables? Están Avilés y Quirós pero teniendo en cuenta los antecedentes del entrenador nada es seguro.
Estos casos, más el emblemático de Edwin Cardona, licenciado en Colombia, intentando buscarle un destino, podrían tener la compañía de Ignacio Piatti o Ezequiel Shelotto, ejemplos no tan lejanos de arribos que no tenían el menor respaldo analítico para entender sus contrataciones más que manotazos de ahogado ante la falta de creatividad, ejercicio del diagnóstico y búsqueda de perfilar un horizonte deportivo ambicioso.
Lo más preocupante de todo esto es la liviandad con la cual la conducción de Racing, con Víctor Blanco como cabeza notable de este momento, por acción u omisión, desidia o simplemente ignorancia, ha estacionado al club en este presente deportivo que tiene como sostén más inmediato los octavos de final de la Copa Libertadores. A menos de 1 mes, por poner un ejemplo puntual, el equipo cuenta sólo con Nicolás Reniero y Maximiliano Romero como centro delanteros. Y Gabriel Hauche y Héctor Fértoli como compañías. Y no sabemos que sucederá con Reniero y Fértoli aún. Están los juveniles Saliadarre, Rodríguez, Cabellos, Ojeda y Pérez, promovidos hace un puñado de meses. ¿Cargarán ellos con el peso del ataque de Racing?
¿Cómo trabajaron para reemplazar a Emiliano Vecchio, Leonel Miranda Johan Carbonero, ausentes por largo tiempo debido a lesiones ligamentarias? ¿Qué gestiones se hicieron, más allá de la contratación de Nardoni? ¿Es Agustín Almendra, sin jugar hace más de 12 meses, la solución? Por cierto, recién estará disponible por cuestiones contractuales, un par de días antes del duelo ante Atlético Nacional. ¿Dónde esta el dinero por las ventas de Carlos Alcaraz, Enzo Copetti o Matías Zaracho, sólo por citar ejemplos recientes? ¿Cuál es el patrón de análisis? ¿Existe?
Deportiva y financieramente es un escándalo lo que está sucediendo en Racing. Cuando digan que en el club cuidan el dinero, tengan presente estos episodios sin resolver, porque a todos se les pagó un contrato, cuando no se invirtió en la compra de su ficha también.
Un club cuya obra más relevante fue poner un ascensor al lado del mítico mástil del estadio revela el orden de prioridades. Recuerden que todo lo que sube baja. Y cuanto más alto trepan, la caída puede ser aún más dolorosa. Ojalá no nos arrastren con ustedes.
Paolo Cella
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Racing y San Lorenzo empataron 1 a 1 por la fecha 23 de la Liga Profesional de Fútbol con goles de Gabriel Hauche y Adam Bareiro. Luego de un primer tiempo favorable en el juego y el resultado, el peso de la expulsión fue demasiado para el equipo de Fernando Gago. Sin recambio y energías, la Academia jugó todo el segundo tiempo sin poder agredir al rival. Pésimo arbitraje de Hernán Mastrángelo, de notable incidencia en el trámite del partido.
En la previa era de esperar un desarrollo de partido como el que se evidenció hasta los 38 minutos del primer tiempo, momento en el que Gabriel Hauche se fue expulsado a instancias del VAR, en una jugada que no deja claridad respecto a la justicia de la sanción. Racing tuvo la posesión de la pelota y el dominio del juego, extendiendo el buen pasaje de fútbol que tuvo ante Ñublense en el segundo tiempo y al primer tiempo en Santa Fe.
Con el regreso de Leonardo Sigali por el lesionado Gabriel Rojas, Gago insistió en esta novedad de Juan Nardoni haciendo toda la banda derecha. Sin tener esa opción de ataque por izquierda que el ex lateral de San Lorenzo le brinda, el equipo volcó las terminaciones derecha, dándole profundidad al ex Unión. Para que eso suceda el juego tenía mucha congestión por el centro, con Aníbal Moreno de vértice retrasado más Jonathan Gómez y Nicolás Oroz. La mezcla por el centro terminaba siempre con búsquedas a Nardoni.
Tuvo tres apariciones por allí el futbolista de Racing. La primera fue la más clara hasta allí pero Batalla achicó bien. Luego fueron dos desbordes que no tuvieron buena resolución por parte del volante. En la primera buscó con un centro bombeado y en la segunda tiró un centro atrás para la llegada de algún respaldo pero tenía pase a Romero por dentro. El equipo de Gago era más, jugaba mejor y ejecutaba el plan con autoridad ante un pretendiente al título o al menos un rival con aspiraciones.
El gol de Hauche a los 21 fue la certeza de esa búsqueda. La suma de pases por dentro culminó con un pase de Gómez para Romero y el control largo del atacante le quedó servido al Demonio para la apertura del marcador. Racing era superior a San Lorenzo y rubricaba en el resultado lo que el juego arrojaba. A los 38 la expulsión de Hauche abriría el portal hacia otro partido.
El segundo tiempo le quedaba muy largo a los de Fernando Gago para jugar con inferioridad numérica y apostar temprano por el plan de resistir sin intentar alguna salida rápida para preocupar al equipo de Boedo. Incluso algunos futbolistas comenzaron a evidenciar molestias físicas que le agregaban complejidades al partido. El cambio de Facundo Mura por Oroz fue una señal clara de que Racing resistiría.
Ni siquiera la expulsión de Rafael Pérez, que ponía 10 contra 10 el partido, logró darle aire a Racing. Gago movió a Tomás Avilés de la defensa al medio, rearmó la línea de cuatro en el fondo y buscó así empezar a encontrar soluciones. Ese movimiento de piezas le dio más libertades a Braida y Barrios por izquierda, donde el equipo del Bajo Flores recostó sus avances. Un desborde ahí propició el gol del empate de Adam Bareiro tras un desvío en Mura. Es muy flojo el presente del ex lateral de Colón y Estudiantes.
El ingreso de Paolo Guerrero no le aportó momentos de oxigenación al equipo. El peruano no está ya para estos menesteres y Gago no puso piernas frescas, entendiendo que el partido pedía más experiencia. Será por eso o la falta de recambio, pero a Racing el partido le quedo muy largo con un resultado demasiado breve. Para colmo Mastrángelo no quiso sancionar el penal a Guerrero sobre el final y el VAR eligió no convocarlo.
El empate es un castigo si tomamos en cuenta lo que sucedió en el primer tiempo. Aun contemplando el segundo capítulo queda la sensación de que Racing mereció algo más pero esto se mide por goles y allí terminaron iguales. Que sirva de ejemplo esto de no tener recambio para lo que viene porque en los detalles estará buena parte del futuro deportivo.
Paolo Cella
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Triunfo de Racing por 4 a 0 ante Colón en Sante Fe con goles de Maximiliano Romero, Gabriel Hauche, Nicolás Oroz y Facundo Mura. La Academia ganó luego de sentenciar un primer tiempo con dominio absoluto, yéndose al vestuario con tres goles de ventaja y siendo además muy superior a su rival en todos los registros del juego. Más allá de aquél ímpetu inicial del complemento por parte de Colón, los de Gago controlaron el partido desde la ventaja aunque bajando sensiblemente el ritmo en el segundo tiempo. Ganó, gustó y goleó.
Los primeros 45 minutos de Racing en Santa Fe fueron probablemente de los mejor de este 2023. Aún con las facilidades que brindó el Sabalero en defensa, por su parado táctico y sus salidas imprecisas, el equipo de Fernando Gago conformó una de las prestaciones más completas que se le recuerde en este semestre. Fue efectivo, movió la pelota con criterio y gestionó con sabiduría el trámite de ese primer capítulo.
Gago tomó noto del ajuste táctico de la semana ante Ñublense y repitió ese dibujo con algunos cambios de nombres. Sin Leonardo Sigali, Iván Pillud y Matías Rojas, ya en Corinthians, ingresaron Tomás Avilés, Santiago Quirós y Nicolás Oroz. Ordenando el retroceso de Juan Nardoni por derecha para cubrir ese sector, la Academia no fue rígida tácticamente y así pudo desordenar también a Colón. Entre ausencias y carencias, los de Gorosito colaboraron para esta ascendencia de Racing en el partido.
De arranque avisó la Academia con dos o tres tiros de esquina seguidos. En uno de ellos lo tuvo Gonzalo Piovi, en la puerta del área, pero desvío su remate. Siguió presionando alto el equipo, tomando nota de ciertas falencias en la conducción de los futbolistas locales, pero fue un cambio de frente de Quirós, de 6 a 7, para encontrar a Nardoni corriendo a espaldas de Teuten, controlar de pecho y asistir de derecha para la entrada de Maximiliano Romero que de primera adelantaba a Racing en el marcador. Tres toques y 1 a 0.
Esa ventaja que en otro tiempo se gestionaba con transiciones lentas y sin acelerar hoy tenía profundidad en cada intervalo de posesión, con futbolistas siempre libres y pisando el área. Así Racing encontró el segundo gol, presionando en campo rival, con la recuperación de Nardoni y el pase del ex Unión para Hauche que, jugando detrás de los volantes locales y por delante de los defensores, giró y la clavó al ángulo izquierdo de Ignacio Chicco.
Esa amplitud en el marcador, sumado al dominio en el juego, fue determinante para descolocar al equipo local, sin darle oportunidad de reaccionar. De inmediato otro avance de Racing terminaba en la red. Un desborde de Hauche por izquierda encontró a Gómez ingresando por el centro, su remate pegó en Romero y le cayó a Oroz que de zurda la ubicó abajo, sobre el palo derecho del arquero local. El 3 a 0 en 36 minutos fue determinante para el desarrollo del partido. La dosis de fortuna incluso ayudaba a Racing.
Colón pateó el tablero con cuatro cambios en el entretiempo en busca de la reacción. Los ingresos de Goltz, Vega, Arrúa y Pierotti no solo buscaban una corrección en el juego y acortar el resultado sino darle otro impulso al arranque del segundo tiempo para un equipo que había sido vapuleado en la primera parte. Los primeros 10 minutos fueron de lógico empuje por parte de los locales pero sin claridad. Racing adoptó una postura diferente.
Entre la necesidad local y la decisión por parte de la Academia de replegarse para jugar con los espacios que podía ofrecer Colón, el segundo tiempo fue menos lúcido por parte de Racing. Incluso fue peligrosa la postura porque un gol no sólo recortaba el resultado sino que le daba otro ánimo a los de Gorosito. La ventana de cambios que propuso el entrenador de Racing le bajó el ritmo al partido. Los ingresos de Mura, Moralez y Guerrero por Gómez, Hauche y Romero no oxigenaron demasiado.
Pero la expulsión de Delgado por doble amarilla, más el reloj avanzado y la falta de claridad de Colón fueron atenuantes que terminaron por decantar el partido en un trámite resuelto que sólo tenía por delante esperar el final. El cuarto de Mura, en tiempo agregado, de contra, le puso el sello definitivo a un partido que terminó cuando Oroz marcó aquél 3 a 0, aunque el fútbol a veces no deje lugar para tales aseveraciones.
Sexto juego sin derrotas por liga local, suma 12 de los últimos 18 puntos y sigue subiendo en la tabla de posiciones a la espera de refuerzos que lo ayuden a seguir creciendo de cara al cierre de la Liga pero sobre todo pensando en la Copa Libertadores. Hacerlo con pasajes de buen juego ayuda a crecer en confianza. Pero a no engañarse, este equipo precisa una renovación para competir por mejores objetivos que tan solo completar un campeonato digno.
Paolo Cella
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Racing le ganó a Ñublense 4 a 0 en el cierre del Grupo A de la Copa Libertadores y así aseguró el primer puesto de su zona. Con goles de Matías Rojas, Gabriel Hauche, Aníbal Moreno y Gonzalo Piovi, el equipo de Fernando Gago capturó los tres puntos en casa y dejó de lado las especulaciones sobre la conveniencia o no de un primer puesto pensando en los hipotéticos cruces de octavos de final. Lo cierto es que tras un mal primer tiempo, el equipo destrabó con goles un juego que no le era favorable. Ahora vendrá el tiempo de Blanco y Capria. Porque este equipo precisa con urgencia refuerzos que mejoren el plantel.
Las novedades en el equipo fueron los ingresos de Iván Pillud por Facundo Mura y el regreso de Jonathan Gómez por Nicolás Oroz, si tomamos como parámetro el último partido ante Barracas Central. El resto, nombres y dibujo, lo mismo. Y en el despliegue de los futbolistas por el campo estuvo el punto de partida favorable para el equipo chileno. La disposición táctica elegida por Jaime García le permitió controlar las acciones durante la primera etapa, período en el cual Racing jugó tan mal como viene haciéndolo en este 2022.
Ñublense inició con tres marcadores centrales para darle amplitud y altura a sus dos laterales, Rebolledo y Córdova. Desde ese punto de partida el equipo chileno controló las acciones del juego porque, además de cubrir mejor el ancho del campo, tuvo la posesión de la pelota como ejercicio para tomar las riendas del juego. Racing no lograba presionar con eficacia y la visita tenía siempre un futbolista libre, con espacio para recibir. Los tres volantes de Racing, Nardoni, Moreno y Gómez, quedaban lejos.
Más allá de esto y salvo por un par de remates de media distancia, la falta de profundidad de Ñublense le permitía a Racing no tener demasiados dolores de cabeza. Cuando presionó alto y exigió esa salida chilena consiguió pararse cerca del área de Nicola Pérez. La más peligrosa y única exigente al fin y al cabo, fue el remate de Jonathan Gómez que el arquero visitante descolgó a mano cambiada. Después le costó a la Academia asociarse y llegar con peligro al arco visitante. El apuro en los pases, las impresiciones y las noticias de que Flamengo ya goleaba, eran un combo pesado para un equipo que no está para cargar con más peso que el que ya trae de arrastre.
Un ajuste táctico para el segundo tiempo y el gol prematuro de Matías Rojas en su último partido con la camiseta de Racing le bajaron el martillo al partido. La modificación fue posicional, no de nombres. Gabriel Rojas se adelantó unos metros para emparejar la cantidad de futbolistas en la mitad de la cancha, Juan Nardoni se corrió bien a la derecha e Iván Pillud jugó de tercer central, por derecha, dejando a Leonardo Sigali de último hombre y Gonzalo Piovi de central por izquierda. Así cubrió el ancho del campo para equilibrar el duelo.
Claro que el gol a los 5 minutos de Rojas ayudó porque poco había transcurrido en el complemento como para sopesar esa variante táctica y darle el mérito de ser el motivo por el cual Racing emparejó las cosas y trascendió en el resultado. Ese gol de tiro libre le perforó la confianza a Ñublense y ni que hablar cuando antes de los 10, Maximiliano Romero asistió a Gabriel Hauche para el 2 a 0. El centro delantero de la Academia no participó del juego en el primer tiempo y en esta segunda mitad fue más activo, con esta asistencia y con participaciones más cualitativas que ayudaron al equipo.
De ahí en adelante Racing jugó con el resultado a favor, sabiendo que ya nadie podría quitarle el primer puesto y sobre todo con la confianza adquirida por la ventaja en el resultado. Lo que antes no salía por impericia propia, ahora fluía con naturalidad. Los pases eran precisos, la participación era absoluta y la cabeza, que domina todo, permitía lucirse. El tercer gol de Aníbal Moreno, tras una secuencia de pases que inició en campo propio, responde a esta cuestión. Esa salida en el primer tiempo era forzada y sin continuidad de pases. Ahora el equipo terminaba en gol un inicio de juego desde campo propio con apenas cuatro o cinco toques.
El cuarto tanto de Gonzalo Piovi le puso la rubrica a un resultado que promediando el partido parecía difícil de alcanzar, sobre todo por rendimiento. Dejando de lado las especulaciones sobre la conveniencia o no de finalizar punteros del grupo, teniendo en cuenta el calibre de equipos que están en el bombo de los segundos, Racing ganó su grupo como correspondía.
Ahora vendrá el tiempo de los dirigentes, con Blanco a la cabeza, y Capria. Este plantel precisa de refuerzos en zonas del campo que terminan siendo determinantes y sólo se resuelve con futbolistas que marquen la diferencia. Estará en ellos acertar en los nombres y las negociaciones para luego darle paso al entrenador y que este ensamble las piezas. Sin ese salto de calidad imprescindible, salir primero o segundo sería anecdótico. Comienza la parte decisiva de un torneo que Racing debe ganar.
Paolo Cella
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Racing y Barracas Central empataron 1 a 1 por la fecha 21 de la Liga Profesional en Avellaneda. Tras un primer tiempo donde debió estirar la ventaja, el equipo de Gago demostró porque es un conjunto frágil. La visita lo dominó con diez futbolistas por más de 20 minutos, llegó al final del juego en partido y se lo empató sin sufrir. Ni los futbolistas ni el entrenador leyeron el desarrollo del juego. Pagó caro sobrar el momento y así profundiza una crisis que pide cambios drásticos para encarar el segundo semestre.
Con los regresos de Gabriel Arias y Matías Rojas de sus selecciones, más el ingreso de Juan Nardoni por el suspendido Jonathan Gómez, Racing inició el partido ante Barracas Central con la obligación y necesidad de presentar credenciales desde el inicio para quedare con los tres puntos en casa. Ese primer tiempo, a excepción del bache entre los 20 y los 30 minutos, fue acaso lo más aceptable en este presente inmediato.
La búsqueda siempre fue por derecha, desde la zurda de Matías Rojas, evidenciando así la preponderancia del futbolista paraguayo que disputa sus últimos minutos con la camiseta de Racing. La asistencia para Romero antes de los dos minutos fue precisa pero el delantero académico no pudo resolver rápido ante el achique de Desábato y cuando quiso tocarla al costado el arquero le quitó peligro.
Apenas unos minutos más tarde otra asistencia del 10, tras recuperar la pelota bien adelante, puso a Romero de cara al gol. El pase rasante paralelo a la línea final no pudo ser conectado por el ex PSV y así la Academia seguía sin quebrar el cero. Difícil que se le presente una oportunidad más clara al 9, pero su presente esta signado por la falta de gol. El gol de Aníbal Moreno de cabeza, tras centro de Mura, a los 20, alivianó el peso que podría haber significado errar tan claras ocasiones.
De ahí hasta los 30 minutos el equipo de Rondina activó la búsqueda y, sumado esto al quedo local, Barracas Central merodeó el empate. Primero con el tiro libre de Tapia que acarició el travesaño, luego con la opción de Calderara que Arias contuvo con su brazo izquierdo y luego el centro de Peinipil que cruzó toda el área grande sin poder encontrar un compañero que llegara para empujarla al gol.
El quedo de Racing se debió un poco a que Barracas adelantó sus líneas pero también responde a un déficit que arrastra el equipo de Fernando Gago. Al ser tan frágil defensivamente y no disponer de gente con predisposición más certera en la marca, retrocede ocupando espacios pero sin apretar al rival.
Salió del ahogo con dos situaciones que pudieron estirar el marcador pero que no fueron aprovechadas. Primero Matías Rojas definió de derecha sin poder vencer a Desábato, el paraguayo capturó el rebote, cedió para Hauche pero el delantero llegando de frente le erró al arco. Antes también lo tuvo el 7, saliendo de contra y con otra asistencia de Rojas, pero su definición de derecha se estrelló contra el palo izquierdo.
El resultado era corto, el desarrollo a pesar de ese lapso de desconexión de Racing era algo más largo. Pero la ineficacia de Racing dejaba el partido abierto.
El segundo tiempo presentó de arranque un Barracas Central agresivo en su postura, con otro diez minutos jugando en campo de Racing y poniéndolo a defender en al área de Gabriel Arias. Dos pelotas aéreas, una de las fragilidades que el equipo de Gago evidencia pero no corrige, pusieron en riesgo el cero. El equipo logró salir de ese asedio pero nunca generó peligro en el arco de Desábato, fue otra vez espeso en la tenencia y hasta algún punto jugó sobrando la situación.
Para colmo el visitante se quedó con uno menos por la expulsión de Capraro a los 26 minutos del complemento. De ahí en adelante casi sin tomar nota de este episodio Racing no hizo valer jamás la supremacía numérica. Por el contrario, fue el equipo de Sergio Rondina el que más manejó la pelota. Jugó con el reloj para mantenerse en partido a sabiendas que este equipo de Gago es de mentón frágil.
Y sucedió lo que todos preveían por el desarrollo del partido, con un equipo que no tomó el control del juego para defenderse desde la tenencia y ampliar el marcado que le trajera la tranquilidad. Una jugada de laboratorio entre Tapia, Insúa y Sepúlveda encontró en soledad a Francisco Álvarez para definir en las narices de Tagliamonte, el reemplazante del golpeado Arias.
El empate castigó la pasividad de un equipo que juega sin tomar nota de los matices que conforman este juego. Esa postura, repetida en este ciclo en momentos críticos que le costaron caro, fue la pena que debió cargar esta tarde noche por ser frágil, irresoluto en los metros decisivos de la cancha y sobrar el partido.
La campaña es deplorable y para colmo este cuerpo técnico y el plantel no colaboran en nada para salir de este pantano deportivo que se va devorando prestigio. El cambio debe ser inmediato, aunque el torneo está cerca del final, le queda suficiente aún como para seguir dilapidando puntos.
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Racing le ganó 2 a 1 a Vélez en el partido pendiente de la fecha 17, con goles de Gabriel Hauche y Gonzalo Piovi. Para la visita descontó Julián Fernández. En un duelo de realidades similares en el plano local, donde los dos andan por la parte baja de la tabla, ganó el que fue más efectivo en las áreas. El equipo de Fernando Gago no jugó bien, para nada, pero al menos sumo de a tres y se despega de la zona baja.
La realidad de ambos equipos no invitaba a esperar un partido muy atractivo pero suelen ser estos duelos entre Racing y Vélez partidos entretenidos. Así fue desde que la Academia abrió el marcador y hasta el cierre del primer tiempo. Con goles y polémicas, ese primera mitad tuvo atención y tensión a pesar de no haber sido bien jugado.
Con Tomás Avilés y Balthasar Rodríguez de entrada, Racing presentó otra vez un equipo parecido al ideal, teniendo en cuenta ausencias y limitaciones que le perturban el normal armado del once titular. Con el dibujo que más utilizó el entrenador en todo su ciclo pero sin esa fluidez del juego que le permita juntar pases y ser superior al rival. En las ausencias se entiende el por qué de esta diferencia.
El gol de Hauche, tras una trepada de Gabriel Rojas, siempre importante en ataque, lo adelantó en el marcador. Pero Racing anda de mandíbula floja y enseguida Vélez lo empató también con la trepada de Ortega y su centro rasante para encontrar a Férnandez entrando por el centro. De no pasar nada a ocurrir de todo en ese lapso de juego.
Sobre el cierre llegó el agarrón de Leonardo Jara sobre Nicolás Oroz y el penal que Gonzalo Piovi cambió por gol. Racing se adelantaba en al resultado nuevamente pero sin darle sustento a esa ventaja. El partido no era bueno y en ese contexto de paridad de baja calidad los de Gago pudieron adelantarse pero sin dar garantías de poder mantener ese 2 a 1.
El segundo tiempo fue más desprolijo aún. Entre las necesidades de uno por sostener el resultado y las urgencias del otro por conseguir un empate al menos, los nervios se apoderaron de todos en Avellaneda. Racing no lograba manejar la pelota y defenderse con esa herramienta mientras Vélez acumulaba delanteros buscando soluciones para llegar a la igualdad.
Mientras Marcelo Bravo ponía lo mejor que tenía en el banco de mitad de cancha en adelante, con Prestianni, Bou y Janson; Gago refrescó piernas con Nardoni, Moralez y sobre todo Ojeda y Saliadarre más el ingreso de Quirós y conformar así la línea de cinco defensores.
Sin ideas para llegar al arco de Gastón Gómez, Racing fue todo esfuerzo en virtud de mantener la ventaja. No hubo juego ni nada que se le parezca. El equipo está minado en su confianza y para colmo cada partido que pasa pierda alguna pieza.En ese contexto ganar se vuelve imprescindible para salir cuanto antes de este presente.
Racing no jugó bien, para nada, pero al menos ganó y sumó su segundo triunfo al hilo como local para cosechar así 7 de los últimos 9. Encontró algo de oxígeno en el resultado pero aún tiene deudas pendientes en el juego, ese que necesita para tener certezas y volver a ser un equipo confiable.
Paolo Cella
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