Racing perdió sin atenuantes ante Platense por 3 a 0 en el estadio Ciudad de Vicente López con goles de Gonzalo Valdivia, Ronaldo Martínez y Nicolás Servetto. Es la sexta caída en los últimos siete juegos, sin respuestas y con la sensación de que el ciclo de Fernando Gago está cumplido. No gana por la liga local desde el 1 de Abril. Las ausencias ya no sirven de excusa ante un equipo que deambula en el campo y es superado por cualquier rival. Llegó la hora de tomar decisiones. Esta campaña así presentada es de descenso.
Platense venía de perder feo ante Rosario Central por cuatro goles. Su entrenador, Martín Palermo, cambió nombres y esquema. Quitó futbolistas habitualmente titulares para darles espacio a otros. Fernando Gago cambió nombres, como siempre, pero no el dibujo. Aferrado a su 4-3-3, improvisó con Baltasar Rodríguez de interno ante la ausencia de Nicolás Oroz. Regresaron Gabriel Rojas al lateral por Óscar Opazo y Juan Nardoni por Maximiliano Moralez; Jonathan Galván reemplazó a Emiliano Insúa y Héctor Fértoli a Gabriel Hauche.
Con casi un equipo completo de lesionados Gago insiste en repetir un dibujo que precisa de pies más lúcidos, aptos técnicamente y con una convivencia más habitual en el primer equipo. La terquedad del entrenador no le permite imaginar o realizar modificaciones estructurales para diagramar otra clase de partidos desde el inicio, como sí lo hizo Palermo, con menos recursos. El Calamar hizo lo que cualquier rival de Racing hoy tiene como misión para ganarle la disputa táctica: líneas bien juntas, juego directo por las bandas y atacar los espacios que la Academia brinda.
Así de entrada nomás y a la salida de un córner a favor de Racing llegó el 1 a 0 de Gonzalo Valdivia. Con un montón de espacio verde libre, Platense en tres toques llegó a las narices de Gabriel Arias. El segundo, otra vez, de tránsito liberado en la zona central y el ingreso de Ronaldo Martínez libre por el centro para ampliar el resultado. Toda la tarde tuvo esas licencias el equipo local para agrandar el marcador. Diga que no tiene jugadores muy inspirados, sino el partido terminaba en una goleada más abultada.
Gago plantea un juego que precisa de futbolistas más y mejor predispuestos para estos diseños. Ante la falta de recambio, debido al pésimo mercado de pases y las ausencias obligadas por la fragilidad física de un plantel endeble, el entrenador se atasca en un rumbo sin salida. Además, la conformación del plantel expone carencias que limitan la búsqueda de planes de contingencia. No tiene volantes que pueden hacer la banda, por citar una limitación notable en el armado del grupo.
Establecer un diagnóstico hoy llevaría líneas y más líneas. Explicar lo que sucedió hoy en Vicente López es claro. El equipo está gastado, lo que queda de plantel no alcanza para salir del mal trago y el entrenador agotó todas sus ideas. El ciclo está terminado. Al menos para quién esto escribe. Las ausencias no fueron reemplazadas con astucia. Entre Blanco, Capria y Gago establecieron un piso de conformismo grave, que hoy no tiene más remedio inmediato que tocar al entrenador. La cirugía es mucho más amplia.
Pero para llegar a ese punto falta mucho. Hoy urge frenar esta caída abrupta del equipo porque la tabla general comienza a poner en evidencia que si Racing no asume el momento podrá poner en riesgo muchas más cosas de las que imaginaba.
Paolo Cella
@EspeRacinguista
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