Triunfo de Racing 2 a 1 como visitante ante Aucas por la cuarta fecha del Grupo A de la Copa Libertadores con goles de Nicolás Reniero y Gabriel Rojas. La victoria después de más de un mes se da en un marco sumamente adverso desde lo deportivo, con un equipo en baja y un entrenador que no le encuentra soluciones al equipo. Jugó con inteligencia en los 2850 metros de Quito y dosificó esfuerzos para traerse una victoria que lo posiciona con muy buenas perspectivas de cara a la clasificación a los octavos de final. El descuento fue de Rómulo Otero.
Entre tantas ausencias y necesidades, con la altura como componente extra y el presente deportivo de bajo vuelo, Fernando Gago puso un equipo diseñado para tener la pelota y estirar los tiempos del partido sin correr detrás del equipo ecuatoriano. Arias; Mura, Sigali, Piovi y Gabriel Rojas en defensa. Moreno de vértice más retrasado y cuatro volantes por delante suyo: Oroz, Nardoni, Moralez y Gómez. Arriba sólo Reniero.
El plan no podía tener mejor comienzo con ese gol tempranero del ex atacante de San Lorenzo, tras una devolución de cabeza de Mura, Reniero definió cruzado de zurda. Ese impacto inicial no sólo afirmó la idea de Racing sino que alteró el ánimo de Aucas. Si la idea del equipo de César Farías era llevarse por delante a la Academia con ese golpe de arranque el ímpetu local quedó trunco.
Se notó esa alteración del rumbo en el primer tiempo. Hasta el famoso primer ahogo que sufren todos en la altura de Quito, allá por los 20/25 minutos del primer tiempo, Racing manejó el tiempo del juego. Cada vez que se apoderaba de la pelota la premisa era juntar pases. Aucas colaboró porque no presionó con la fiereza que se presumía. La comodidad se vio alterada ante la chance de Cifuentes, bien atorado por Arias, y ese remate de Cangá al palo que mediante una carambola con el neuquino no se transformó en el empate de milagro.
Al entretiempo se fueron los dos esperando seguramente una reacción del local que le impusiera otro tipo de partido a Racing, con el desgaste a cuestas, el ahogo y la necesidad de sostener la ventaja con piernas pesadas. Los de Gago siguieron teniendo lejos el peligro, Aucas no le cambiaba el ritmo a sus ataques a pesar de las modificaciones y Racing encaminaba el partido con ese segundo grito, tras el ingreso de Gabriel Rojas por sorpresa y su definición de derecha.
A esa altura de la noche Racing ya tenía una línea de cinco defensores tras la inclusión de Galván por Gómez. Sin refugiarse exageradamente pero dando el paso atrás necesario para achicar espacios y cuidar cada centímetro, la Academia llegó al epílogo del juego con el tiempo administrado, por Moralez sobre todo quién fue clave en la lectura del partido para entender por dónde y hacia dónde ir en cada intervalo de posesión.
El descuento sobre el final, ya en tiempo agregado, de Rómulo Otero, le agregó un suspenso innecesario al partido. Racing ganó después de más de un mes, casualmente ante el último rival frente al que sumó de a tres y quedó a un paso de los octavos de final. Si Flamengo le gana en Chile a Ñublense eso será un hecho.
Ahora hay que meter rápido la cabeza en la liga local donde el equipo tiene otra realidad y deberá asumirla inmediatamente para no quedar más relegado de lo que está.
Paolo Cella
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